En casa de mis padres quemamos una gran hoguera, comimos sardinas (yo, también jurelos), cachelos (patatas cocidas con su piel) y saltamos tres veces la hoguera (lo confieso, a mí me separaron un tronquito) pidiendo un deseo, ¿imagináis cuál? Oficialmente quedamos libres de “meigas” para todo el año, a ver si se nota. Sólo me faltó lavarme esta mañana la cara con agua con flores a la que le haya caído el rocío; pero viviendo ahora en un piso, esto se pone complicado.
Recuerdo la fiesta cuando era niña: el colegio había terminado el día anterior, la primera tarde de vacaciones de verano la pasábamos recogiendo hierbas aromáticas y flores para poner en el agua, montando la hoguera y construyendo algún muñeco de cartón y papel a modo de falla, con mi abuelo. Ya por la noche, asábamos las sardinas que comíamos al lado de la hoguera y después, se prendía. Me encantaba ver cómo ardía la madera y consumía nuestra “obra de arte”. Ver el fuego siempre me ha evocado algo misterioso y atractivo. ¡Feliz día de San Juan! ¡Feliz solsticio!
Foto de las playas de Riazor y Orzán en A Coruña llenas de hogueras.
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Recordar la infancia... si palabras, cada hoguera es una familia? pues la foto es realmente bella ¡que linda fiesta!
ResponderEliminarSetembro Me gustaría mucho que tu deseo prontito se cumpla.
Un abrazo
Setembro te acabo de encontrar en otro blog y quiero dejarte mis saludos y que pronto se cumplan tus deseos.
ResponderEliminarMuchas gracias chicas por vuestros comentarios. Cada hoguera es normalmente un grupo de amigos, muchas familias con niños huyen de lo abarrotado de la playa y montan su hoguera por barrios. A mí me encanta. Cuando era pequeña y ahora la montamos en casa de mis padres que tienen huerta, pero las veces que he ido a la playa con los amigos me lo he pasado genial.
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